
Funeral y pasacalle y otras obras inéditas
- EAN: 9788418322266
- ISBN: 978-84-18322-26-6
- Editorial: PUNTO DE VISTA EDITORES S. L.
- Encuadernación: 03
- Páginas: 168
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18,00 €
Las obras de Francisco Nieva son un teatro de arte, tejido con los mimbres de una enorme cultura y una libertad de pensamiento absoluta, sin ataduras ideológicas, ni morales, ni religiosas, ni de clase alguna. Un teatro que reivindica sin ambages su condición artística y literaria, y que no se resigna a ser una mera exposición del pensamiento crítico de un autor que nos muestra, a través de diálogos funcionales, su visión del mundo. Su teatro transgrede y subvierte la realidad, las normas sociales, la lógica, la física, la anatomía y hasta la mismísima gramática para asomarnos a un universo alucinante donde lo más frecuente es lo imposible convertido en verosímil. En este volumen se incluyen cuatro de sus obras. Funeral y pasacalle, quizá la más autobiográfica, donde se representa la decepción de Grandío tras el rechazo de Ermelina, y su entrega sin recato al arte y a la orgía. Misa del diablo y Farsa y calamidad de doña Paquitas de Jaén son obras desenfadadas, donde Nieva, liberado de cualquier presión de tipo profesional y ajeno a los dictados de los gustos actuales, recobra su espíritu más transgresor y más tierno e inocente a la vez. En Magia Batula, el conflicto se centra en una tribu donde se confronta el poder religioso contra el poder civil. «No es posible escribir teatro (y tampoco narrativa) hoy en español, y más generalmente en el ámbito hispánico e iberoamericano, sin tener en cuenta la obra de Nieva». Pere Gimferrer, en el prólogo de Obras completas «Su teatro, que definió como vida alucinada, jubiloso furor sin tregua , nace con voluntad transgresora y alegórica, con el choque de la religión y el sexo como uno de sus ejes, y se caracteriza por un lenguaje muy rico, repleto de imágenes sorprendentes, en el que combina con gran brillantez las improntas del barroco, el romanticismo y la vanguardia, tamizadas por un humor grotesco y esperpéntico». Marcos Ordóñez, El País